Turismo y aviación, un binomio virtuoso que ahora sufre.

Antes del brote de coronavirus, la industria del turismo mundial había tenido un crecimiento casi ininterrumpido durante décadas, era un sector que rebosaba en beneficios. Bajo la crisis de la pandemia actual, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha publicado, recientemente, sus estimaciones sobre la afectación de la llegada de turistas internacionales en lo que resta del 2020. En tal estudio se manejan tres escenarios distintos y se espera un impacto devastador de la pandemia sobre la industria, incluso en el más optimista de esos tres escenarios.

Si la apertura de las fronteras y el levantamiento gradual de las restricciones de viaje comienza a principios de julio, la OMT espera 610 millones de turistas internacionales en todo el mundo en 2020, lo que proporciona una disminución del 58% en comparación con el año anterior. Eso haría retroceder a la industria turística mundial a cifras de 1998, cuando el número de viajeros internacionales fue de tal magnitud. En el peor de los tres escenarios, la OMT prevé que las llegadas de turistas internacionales caigan hasta los 320 millones, un nivel visto por última vez a mediados de los años 80, cuando existían restricciones legales para viajar a ciertos países y de sus ciudadanos para salir, todavía no explotaba el fenómeno del turismo chino por el mundo.

De la mano del fenómeno que sufre el turismo global va el sector de la aviación, el cual ha sido uno de los más golpeados desde que se inició la pandemia del coronavirus. Las aerolíneas comerciales de todo el mundo se han visto forzadas a mantener su flota estacionada tras la suspensión de la mayor parte del tráfico aéreo. En este período, muchas empresas de aviación han mostrado signos de atravesar dificultades financieras debido a esta situación. Lufthansa en Alemania ya pidió la intervención de su gobierno para salvar la crisis; en Latinoamérica, las compañías aéreas Avianca y LATAM parecen no hallar solución a situaciones similares. Avianca, la mayor aerolínea colombiana, se declaró en bancarrota el pasado el 10 de mayo y 15 días después, el 25 de mayo LATAM anunció también el inicio de un proceso voluntario de restructuración de su deuda y su consecuente declaración de bancarrota en territorio estadounidense.

Recordemos que el conglomerado LATAM Airlines surgió apenas en 2015 mediante la fusión de la principal aerolínea de Chile (LAN) y la brasileña (TAM). Con sede en Santiago de Chile, fue la compañía aérea latinoamericana con más ingresos en 2019, superando los 10.400 millones de dólares estadounidenses. Con esos números, LATAM facturó más del doble que su competidor más cercano, Avianca, cuyos ingresos operativos rondaron los 4.600 millones de dólares, y casi tres veces los ingresos del tercer lugar que fue para Aeroméxico, la aerolínea de bandera de nuestro país. Y ya entrando en México, tenemos que además de Aeroméxico, Interjet también ha solicitado la ayuda del gobierno para que entre con dinero público a salvar sus finanzas, pues ambas deben impuestos atrasados. Otras aerolíneas mexicanas se han mantenido más discretas pero se sabe que están pasando por momentos difíciles como Viva Aerobús, Aeromar y Magni Charter. Sólo Volaris parece que se ha ajustado bien a la situación extrema, o al menos no lo ha hecho patente. El gobierno de México, a través de la Secretaria de Turismo (SECTUR) ha anunciado que próximamente presentará planes para reactivar este sector vital para el país. Esperemos que el binomio turismo y aviación nuevamente pueda volar para restituirse.

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